No tengo absolutamente nada en contra de los homosexuales, es más, considero agradable que alguien se sienta lo suficientemente libre como para decir que tiene unas preferencias sexuales distintas a la mayoría, pero una cosa es ser homosexual y otra ser un triste acomplejado ávido de llamar la atención.
Sinceramente, imagino a una pareja de homosexuales sentada en el sillón de su casa viendo la imbecilidad de esa fiesta, propia del mismísimo tomate. Seguro que se sienten avergonzados, yo lo haría...
